El proyecto del Puente atirantado de Cebú, en Filipinas, liderado por la empresa constructora española Acciona, ha sido galardonado con el premio IABSE 2023 en la categoría de “Innovación en la construcción”. Se trata de un galardón comparable al Nobel o al Óscar a los grandes puentes que concede la Asociación Internacional de Puentes e Ingeniería Estructural.
El premio fue recogido por el director de la Unidad Especializada de Puentes y Carreteras del Negocio de Construcción de la compañía, Daniel Muñoz, durante la ceremonia celebrada en la ciudad suiza de Zúrich. Además, ha resultado finalista también en la categoría de “Grandes puentes viales y ferroviarios”, siendo la primera vez, a nivel mundial, que un mismo proyecto es seleccionado en dos categorías.
Un proyecto de 650 metros de longitud
El Puente de Cebú, el más largo de su categoría en Filipinas, inaugurado en 2022, es uno de los proyectos de infraestructuras más relevantes del país y obra maestra de la ingeniería española. El proyecto premiado, ejecutado por un consorcio liderado por Acciona, con un 60% de la participación, teniendo dos socios locales que suman una participación del 40%, consistió en el diseño y construcción de un puente atirantado de 650 metros de longitud.
La infraestructura conecta la ciudad de Cebú –el centro económico y mercantil más importante de Filipinas tras su capital, Manila– con la isla de Mactán, popular destino turístico; cuenta con un vano central de 390 metros de luz entre los pilonos. Además, ha incluido la ejecución de otros aproximadamente 3.300 metros lineares de estructuras distribuidos en rampas de aproximación y otros viaductos, así como un tramo de calzada sobre terraplén de 5,2 kilómetros de longitud.
Un reto para la ingeniería: sismicidad, climatología y ubicación
Debido a la complejidad técnica y logística de su construcción, gran parte de los trabajos se han desarrollado utilizando medios propios, diseñados por Acciona, representando el 85% del presupuesto. Durante la fase de construcción del proyecto, se tuvieron que hacer frente principalmente a tres retos: la gran sismicidad de la zona con numerosos terremotos, la climatología donde son asiduos los tifones y las grandes rachas de viento y la ubicación en la que se encuentra un transitado canal de navegación.
En total, se emplearon más de 150.000 metros cuadrados de hormigón, 31.000 toneladas de acero grado 75 y unas 2.000 toneladas de acero activo para los tirantes y posteado del puente. La infraestructura ya está en pie con un vano central con 390 metros de luz entre sus dos pilas o pilonos que alcanzan, cada uno de ellos, los 145 metros de elevación, pilotes de cimentación de 60 metros bajo el agua y un gálibo de 52 metros de altura sobre el Canal de navegación. Para llegar a lograrlos, cimentaciones, encepados, hormigonados, transporte en el agua…, todas han sido tareas titánicas de la ingeniería más avanzada. El proyecto contó, además, con un protagonista clave en la construcción de los accesos al puente principal: un lanzador de vigas diseñado y producido por la empresa española, un innovador sistema de cremallera y rueda dentada, un diseño que es un referente en el sector.
Gestión del tráfico y generación de empleo
Con la apertura a la circulación se ha conseguido la descongestión de las vías de acceso a Mactán. Un total de 8,5 kilómetros de autopista de dos carriles en cada dirección que proporcionan una alternativa al tráfico de la ciudad y por la que se calcula que circulan alrededor de 50.000 coches a diario.
En las tareas de construcción, se ha formado en trabajos especializados a personal del país y creado más de 2.500 puestos de trabajo directos e indirectos para mano de obra local. Pero muy probablemente, el proyecto impulsará las inversiones y la industria de la construcción, lo que supondrá más empleo para las comunidades locales y un revulsivo financiero extraordinario para la zona.